domingo, febrero 12, 2006

Negociar con Delincuentes y Asesinos

En el suboficial Sagayo, una bala en el pecho, un corte de navaja y el cráneo partido –que lo llevaron a la muerte. Cinco oficiales con heridas de bala. Más de la mitad del destacamento herido. Al menos ciento treinta (130) impactos de bala en las paredes de la comisaría de Las Heras, Santa Cruz.

Nadie, absolutamente nadie, hasta este momento ha sido detenido por estos hechos.

Nadie, absolutamente nadie, será detenido o juzgado por haber dejado al destacamento desarmado ante la llegada de cientos de piqueteros, subversivos, determinados a liberar a su cabecilla.

El gobierno se dedica a negociar, ahora, con los líderes que dirigieron los ataques. Quienes luego de negociar, vuelven a sus casas.

El mensaje es claro. La violencia, la subversión, el asesinato reditúan. Lleva a la conquista frente a un gobierno que está dispuesto a negociar con quienes empuñan las armas para levantarse contra las instituciones.

Si los cientos de piqueteros se hubiesen dirigido a la casa del gobernador ¿hubiese este ordenado que la policía dejara sus armas? Si se hubiesen dirigido hacia la casa de Kircher durante una de sus continuas visitas ¿hubiese ordenado este que se actuara sin armas frente a su casa? ¿le hubiese ordenado a su custodia no tomar todas las medidas necesarias para protegerlo?

Como ya es costumbre, el gobierno negocia con delincuentes. Parece, ahora, encaminado a aceptar negociar con subversivos asesinos de policías. Si al piquetero Luis D’Elía lo premió con una secretaría en el gobierno nacional, luego de copar una comisaría… ¿cuál será la posición para estos subversivos más radicalizados? ¿un ministerio?

El suboficial Sagayo ganaba 900 pesos. Los petroleros de Las Heras, reciben entre 3000 y 5000 pesos. Durante las negociaciones con el gobierno, se resolvió el pago de los sueldos caídos durante la “huelga”. La pregunta irrenunciable es si se cubrirá el día del asalto a la comisaría, del asesinato de Sagayo.

El gobierno nacional mantiene un silencio casi total. Insinúan y hablan de conspiración, lo que es un eufemismo por chivo expiatorio. Seguramente se tomarán su tiempo para dar la versión oficial. Es necesario hacer encajar las piezas para poner todas las culpas en un nuevo enemigo presidencial.

Alejandro Támola