viernes, mayo 19, 2006

La Locura está Servida

El régimen kirchnerista, calificado recientemente como “el gobierno infinitamente más corrupto de la historia contemporánea” se encuentra en estado de paroxismo, empeñado en lograr la reelección.
Cuando no logra sus objetivos por medios legítimos, no duda en utilizar otros inconfesables. Si hay el voto les niega más posiciones entonces se compra cuando se puede (Borocotó) y se violan las normas para evitar que otros tomen posiciones –como en el caso de Patti o la elección en la UBA.
Los errores no se reconocen, se refuerzan. Cuando la política económica resucita a la inflación, se recurre a los siempre fallidos controles de precios. Cuando estos empiezan a resquebrajarse, se redobla el control a la espera de las elecciones. Si la incertidumbre macroeconómica conduce a insuficiente inversión en el sector agroganadero, entonces, la mejor respuesta con vistas a las elecciones es prohibir las exportaciones de carne y restringir las exportaciones de trigo para lograr bajar los precios domésticos a costa de incrementar la incertidumbre para la inversión.
Si las elecciones llaman a la búsqueda de un nuevo enemigo, nada mejor que realizar ejercicios militares en la frontera del impío. No importa que el costo sea la inestabilidad regional. Se pierde el pelo pero no las mañas, y si es necesario el ejercicio de la violencia parece no haber reparo y es así como los servicios de inteligencia uruguayos han alertado a su gobierno sobre la posibilidad de que la Argentina cometa "acciones violentas o de sabotaje contra objetivos vinculados a las plantas de celulosa". Mientras tanto, el gobernador de Corrientes anuncia con alegría que (otrora demoníacas) papeleras finlandesas podrían instalarse en su provincia. ¿Llamara Kirchner a un acto nacional de repudio contra Corrientes? ¿Ordenará su intervención federal?
La locura está servida.

lunes, mayo 08, 2006

"Al Enemigo ni Justicia": a 3 Meses del Asesinato de Sayago

Han pasado 3 meses desde que grupos subversivos atacaran furiosamente el destacamento policial de Las Heras, en Santa Cruz. A sabiendas que el poder político había ordenado a la policía deponer sus armas, los subversivos cubrieron con 130 balas el destacamento, hiriendo a la mitad de los oficiales destacados en la unidad. El suboficial Sayago dejó ahí su vida, luego de ser apaleado, apuñalado y baleado.

Horas después, el poder político se reunía con los líderes subversivos y hacían cuantiosas concesiones de las arcas públicas. Días después, grupos de defensa de los derechos humanos pedían por los detenidos de la causa.

Hoy, a 3 meses del copamiento, la causa se encuentra estancada. Ya no hay investigaciones. Las aguas se van calmando. Seguramente, en un tiempo más, se dictará una falta de mérito. Luego otra. Mientras tanto, la viuda del suboficial no puede más que observar como se incumplen las infinitas promesas que los políticos supieron hacerle frente a las cámaras y los micrófonos.

Luego de los ataques, los políticos decidieron la transferencia de recursos hacia los grupos revoltosos. Hoy, Lorena Castro, viuda del suboficial debe sacar de su bolsillo para costear -3 meses después- el comienzo de un tratamiento psicológico para ella y su hija de tres años y medio.

Habría que preguntarle a Kirchner si sigue dispuesto a decir –como dijo entonces- “…no es casual que esto pase en mi provincia…”. Cabría preguntarle que tan lejos se encuentra de las palabras del lider piquetero Kuperman: “…no me interesa el oficial represor que cayó muerto y sí la vida de mis compañeros…”.

Tal vez esto sea sólo una manifestación práctica de las lejanas, pero vivas, directivas del General: “Al enemigo, ni justicia”.